lunes, 16 de julio de 2007

AY, LOS “AMARILLOS”, MUERTOS EN VIDA

Los amarillos no son rico ni pobres, económicamente me refiero, o siendo pobres les llega el mundo, viven el presente, les inmuta los sufrimientos. No existe un mundo nada más que de ellos mismos. Pare ellos el mundo es perfecto. Es la voluntad de Dios y hay que resignarnos. Son pobres de verdad, pero moralmente.
Los amarillos no siendo gran ricos, pero son como nuestros grandes burgueses y oligarcas sin patria ni nación, sin identidad que solo miran a Londres o Miami como su patria preferida. No saben que son y donde pertenecen. En una guerra o revolución serían los primeros en traicionar a su pueblo y a sus hermanos.
Los amarillos son como los gusanos y parásitos que viven de los demás, chupan las sangres ajenas, aunque dicen en su ignorancia que “solo viven de su trabajo, sin molestar a nadie”, que solo “quieren ganar el esfuerzo de su trabajo” y se olvidan que el suelo miserable que percibe no es la dadiva de un gobernante, de algún funcionario o de su patrón, sino que es producto de las luchas de generaciones pasadas, de combates y sacrificios.
Los amarillos están en todas partes, indiferentes de lo que sucede a su alrededor, no miran mas allá de sus narices. Los amarillos chistan cuando hay huelgas y paros, “no tendrán nada que hacer”, “malogran las calles” “no piensan en los niños” murmuran aunque no dicen directo.
Los amarillos no conocen la realidad, viven a las espaldas, no piensan, sus opiniones solo son repeticiones de lo que ven en los noticieros o lo que dicen las autoridades, para ellos, ellos las autoridades corruptas tienen la verdad. Como por ejemplo, cuando dicen a los maestros huelguistas “todo porque no quieren ser evaluados” cuando el punto de lucha no es la evaluación sino la defensa de la escuela publica, la gratuidad de la enseñanza, la estabilidad laboral, contra la privatización.
Ay, los amarillos, muertos en vida, zombis diambulantes, sin conciencia de su ser, son también producto del sistema, la educación en ruinas ¡Criaturas del Dios judeocristiano! Derrotados antes de la batalla porque nunca batallaran, aunque violen o recorten sus propios derechos elementales nunca lo defenderán, no protestaran. Son estos hombres que quieren el sistema, esclavos que solo viven por instinto ¡pensar y luchar es un delito!
Conste, para conocer la realidad, tan solo se requiere un sentido común perspicaz, un juicio metódico, no necesitan ser marxista, comunista o algo por el estilo.
por
Gonzalo Barbarán

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