lunes, 28 de mayo de 2007

LAS BAMBALINAS TRAS EL TLC Y ALAN GARCIA

La arremetida del TLC parece concretizarse con la cesión de los demócratas, cuyos argumentos para oponerse a un TLC eran los temas laborales y medios ambientales. Pero cuando se trata de política exterior y de seguridad, los demócratas y los republicanos hablan un solo lenguaje, como la izquierda caviar chilena (Bachelet) y la derecha pinochetista, algo que no existe en el Perú, solo los que asumen una posición “antisistema” hablan de patria y nación, mientras la derecha solo cuando entonan el “himno nacional” mientras piensan en Miami o Nueva Cork. Es que no tiene sentido de patria.
Una firma de TLC con Perú es estratégica, aseguraba Bush semanas atrás tratando de convencer a las demócratas del senado norteamericano, lo cual se complementa con el criterio del “fundamentalismo andino” de García Pérez y vaya que ambos criterios se complementan porque responden a una misma lógica y en esa perspectiva los demócratas dan la carta libre para la concesión del TLC, que ya ha sido celebrado por el presente régimen a bombos y platillos, cuando el Congreso norteamericano lo ratifique en los próximos meses, será una verdadera borrachera al estilo perreo reaggetonero que le gusta al alanismo y la derecha acolita para el cual gobierna.
¿Estrategia y fundamentalismo andino? Comercial y económicamente, un TLC de EE.UU. con el Perú le es insignificante y hasta cierto punto desventajoso, por su minúsculo mercado y su bajo nivel adquisitivo, pero cuando se trata de una estrategia geopolítica y la lucha contra el fundamentalismo andino todos las diferencias o las discrepancias desaparecen y si superponen los verdaderos intereses del “imperium”.
En esa lógica, tras las bambalinas del inminente TLC se mueven otras negociaciones. La no ratificación de Correa de la base militar de EE.UU. en Manta en Ecuador hace necesario reemplazar dicho base por otro espacio, no pueden irse de la región sino que necesitan consolidarse y el único lugar para sus propósitos de control regional es el Perú. En esta lógica se habría dado las condiciones de aprobación del TLC por parte del senado norteamericano y el indeclinablemente ofrecimiento alanista, de 2 zonas para establecimiento de una base militar, el norte del país (posiblemente Piura) y en el sur (Pucallapa) Si recordamos, esto no es nada nuevo, pues el anterior congreso ya había dado no solo su visto bueno sino la aprobación para el establecimiento libre de bases militares en la selva peruana.
Esta responde a dos objetivos centrales: uno interno y otra externa. Internamente, es cada vez mas la radicalización de la sociedad peruana, principalmente de las regiones del interior frente al capital Lima oligárquico y en esta etapa alanista, rompiendo los esquemas y las hipótesis de algunos intelectuales, las convulsiones sociales no han empezado por el sur como se avizoraba sino que han empezado por el norte (por el sólido norte) y la región central y oriental, frente a esta arremetida nacionalista es mejor estar preparado para asegurar el control de los recursos energéticos y la biodiversidad. Impedir a toda costa, cualquier rebelión reivindicativo.
Externamente busca neutralizar el avance de la “izquierda”en la región y es necesario establecer una base militar sólida en el Perú, resulta estratégico para prepara eventuales acciones militares sobre Ecuador y Bolivia y concretamente sobre Venezuela, de allí que Chile sea un apoyo necesario y decisiva para estos preparativos y el entreguismo del gobierno peruano. Al respecto no es que Chile pretenda apropiarse de Perú o expandirse territorialmente. Ese es una cuestión secundaria, lo que importa es asegurarse una republica títere con gobernantes sírveles e impedir cualquier acción nacionalista. A esta lógica responden los entrenamientos militares en la semana santa, que los medios oficiales y serviles nos presentaron como un espectáculo circense aéreo, cuando la cosa era medir las fuerzas y la capacidad operativa de los F16 frente a los Mig29 y Mirage y de otra fabricación con que cuenta Venezuela
¿Pruebas? En estos vaivenes hacer referencia a pruebas concretas es absurdo, solo hay que ver las coincidencias que se plasman en hechos. La verdad se traducirá en los próximos meses cuando empiecen concretizarse el TLC y el establecimiento de estas bases será su corolario. A esta lógica, como una acción complementaria, obedecen planes para desaforar (cosa que parece será inevitable) de las congresistas cacaleras, quienes han mostrado coherencia y consecuencias en sus acciones, al margen de sus limitaciones ideológicas. Pues se quiere un congreso totalmente sumiso, en todo caso la alternativa es cerrarla y convocar a nuevas elecciones parlamentarias aprovechando su “popularidad”, donde se puedan elegir una mayoría alanista derechista, pretendiendo imitar al fujimotesinismo del 92. Pero como sabemos, toda repetición es una comedia y el viejo Marx sale a luz para afirmar que sigue siendo vigente.

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