miércoles, 20 de junio de 2007

El despertar de la identidad..BIBLIOGRAFIA CECILIA BUSTAMENTE

Mi padre fue Carlos Alejandro Bustamante Vernal (1898-1986), mi madre Gabriela Josefina Moscoso Velarde (1911-). Mi familia proviene de Santillana del Mar, Cantabria. Mi rama tiene ya 9 generaciones en el Perú. Vinieron al Perú en el siglo XVII a Iquique y Tarapacá, hoy Chile. Un hermano quedó en Chile, el otro se fue a Arequipa, Perú. Familia muy activa en la vida cultural y política de mi país y por donde han ido. Somos trashumantes.
Mis antepasados los Vernal y García y los Vernal y Castro fueron dueños de las salitreras de Iquique y Tarapacá. Los ingleses y los alemanes ocasionaron la Guerra de 1879 entre Chile y Perú; porque querían el salitre, lo que fue una lástima ya que poco después los alemanes descubren los fertilizantes artificiales. Luego de la Guerra con Chile muchos en el territorio conquistado por Chile quisieron seguir siendo peruanos y así lo solicitaron a Chile y se radicaron en Arequipa y Lima. Pero aún tengo familia en Chile.
Había el amargo recuerdo de que Alfonso Ugarte Vernal, el heredero de la tal fortuna testó al Perú, antes de la Batalla de Arica, lo que quedaría por negociar con Chile, la derrota era prevista. Sus restos nunca fueron encontrados ya que se arrojó desde el Morro de Arica por salvar la bandera peruana. Habían muchos otros cuerpos destrozados de soldados, abajo, a la orilla y entre la espuma del mar. Él había vestido a su Batallón Iquique y sus prendas personales llevaban su monograma que muchos soldados portaban como parte de su vestimenta.
***Somos de raza longeva, en nuestro escudo de armas dice “Ya se divisan los estandartes/de los fuertes Bustamante…” etc. Muy resistentes somos. El ex Presidente Bustamante y Rivero vive aún cuando escribo estas cuartillas. Estuve en Lima no hace mucho y fui a verlo en el Hospital Militar donde estaba hospitalizado. Pese a su ancianidad conserva su prestancia y mucha lucidez. Recordaba la Barcelona de 1971 aquel año que él pasó por allí. Tampoco olvidaba que yo era ‘la poetisa’ - fue el lazo que establecí temprano con él desde cuando estaba en el colegio. Le complacía mucho que escribiera. De pronto sus recuerdos retrocedieron quién sabe a cuándo y me preguntaba por mis abuelos como si toda esa generación estuviese viva. Mi abuelo Carlos Eugenio Bustamante Gandarillas murió a fines de los 40s. y José Luis creía que él ayer era hoy.
Cuando salí del colegio me presenté a la Universidad de San Marcos y me hicieron cambalache con mi examen, un tal Prof. Saberbein o algo así. Reclamé hasta hartarme al Secretario General y como no resolvieron el asunto, una mañana me vestí con mi nuevo vestidito rosado y me fui caminando hasta Palacio, tendría 16 años, y poca idea del protocolo. Entré muy suelta de huesos y dije “quiero ver a mi tío” Se acercó un edecàn uniformado y guapo que se llamaba Ricardo Bouroncle, luego que le expliqué el motivo de mi queja, me dijo, algo divertido, ‘muy bien, pero se necesita tener audiencia, así que ya te llamo.’ Cuando me llamó me bloqueron la llamada por mi audacia y por comportarme como una trepadora. Así se transtornó mi vida. Más tarde el guapo edecán se casó con la hija de Pepe Lucho.
***Mi madre es natural de Caravelí, un valle hermoso en Arequipa. Se llama Josefina Gabriela Moscoso Velarde. Se casó con mi padre cuando era una chiquilla famosa por su belleza. La fue a conocer atraido por la fama de la ‘Muchacha de Caravelí’. Estaba trabajando con un grupo de ingenieros en la construcción de lo que más tarde fue parte de la carretera Panamericana, con su amigo el Ing. Edgardo Portaro Mazotti. Eran muy jóvenes y venían de terminar trabajos en el norte con el legendario Ing. Fermín Málaga en el Santa, era éste Ing. precursor de las modernas comunicaciones viales del país. Ilustremente olvidado. Mi abuelo materno Abelardo Moscoso era minero en las minas de oro de Acarí, murió con la ”enfermedad de la mina”.
Mi padre trabajó desde los 15 años por todo el Perú. Cuando niño cazando palomas en su fundo Muñoz regalo de su padrino Fermín Vernal, se voló tres dedos de su mano derecha y por eso le llamaban "el Mocho Bustamante." Matucana, las minas de Casapalca, Atacocha a 5,200 metros de altura sobre el nivel del mar lo vieron pasar. Era aventurero, de vitalidad exhuberante y una natural alegría que le permitía disfrutar de todo como un niño. A mí no me parece que él hubiese muerto el 9 de Diciembre de 1986. Por teléfono me dijo “ven, te espero...” Viajé difícilmente y hasta hubo incidente en el avión en que iba, estaba cargado de drogas y lo detuvieron en Port au Prince y nos quitaron el equipaje. Yo pensaba que mi padre ya no me iba a esperar. Pero llegué a Lima temprano el 9 de Diciembre y luego de vernos, murió ese mismo día. Cuando me escribía firmaba “tu padre, el Quijote y poeta”.
Cuando vivíamos en Parihuanás en los Altos de Frias en las sierras de Piura, tenía yo 3 años y medio y lo veía irse de madrugada en su caballo, perderse en la niebla del campo. Aprendí a levantarme para tomar desayuno con él; luego me sentaba en los escalones de piedra de esa aislada casa hacienda en Piura. Cuando regresaba sentía el tintineo de sus espuelas de plata. Y le decía cuando se apeaba, en mi media lengua algo que él siempre repitió al acordarse mí ”…mamo tomá yayuno güeta” (vamos a tomar desayuno de nuevo) Todo era de plata entonces. Los orfebres de Chulucanas derretían bolsitas llenas de monedas de plata 425 que mi madre enviaba para que le hicieran sus cubiertos. Yo sólo tengo una cucharita de café que ya di a mi nieto Gabriel Pumawari Davila Bustamante.
No he conocido nunca a otro ser humano, enlazado como él, con todo lo que vive. Nada hermoso podía pasar por alto, así fuera una piedra, una planta, un pájaro, un arroyuelo, una nube, un abismo, una cantárida, la luna. ...”y la luna cambió entonces con la dama, la amistad de una mirada...”
Sin fin eran su amor y su asombro. Amaba a sus padres con devoción, como si les diera las gracias por haberlo traído a este lugar tan hermoso. Pasaba por alto todo lo desagradable y veía solamente el lado bello. Un espíritu libre. Sus ideas eran nacidas en una época en que las tales llegaban de Europa bastante atrasadas. Lo escuché desde que tengo recuerdo, hablar entusiasmado de cómo el mundo iba a cambiar para que hubiese mayor justicia y cómo la riqueza no podía ser sólo para unos pocos y cuán necesaria era la educación. Él no fue un revolucionario, sino un visionario: introdujo cultivos nuevos en la zona en que vivimos luego, alla por el Valle del Huallaga, su idea del auto-abastecimiento, es como el desarrollo sostenible mas de medio siglo después. Creó su periódico “La Voz del Centro” en Cerro de Pasco.
Al viajar desde niña con él por los accidentados caminos del Perú, a veces a caballo, a veces en desvencijados camiones o en el increible Ferrocarril del Centro, realmente mis padres ‘me abrieron el corazón para el mundo’ se inflamó mi imaginación infantil. Conforme iba avanzando el ferrocarril nos iba relatando cómo Enrique Meiggs había dirigido esa hazaña humana, una de las maravillas del mundo era entonces y cómo los trabajadores fueron diezmados por la verruga, conquistando los Andes, construyendo el puente del Infiernillo.
***Volviendo a mi madre. La Muchacha de Caravelí Doña Chepa vive aún* en Lima; tuvo con mi padre once hijos, yo soy la segunda. Ocho hijas y tres hijos. Tienen muchos nietos y biznietos. La familia de mi madre proviene de Pontevedra, Galicia. Su familia radicó en Arequipa. Su padre fue Abelardo Moscoso Correa y su madre Natalia Velarde Ramírez. Mi bisabuela materna Dña. Pascuala Correa enviudó tres veces, casó con un señor Franco, Linares, y con un señor Ramírez Mi madre quedó huérfana y ella la crió realmente como una madrastra de los cuentos. También había pues, ceniza en la niñez de La Muchacha de Caravelí.
A través de mi madre que es de aguda inteligencia, tenemos lazos con los Tristán Moscoso. La famila que dio a Flora Tristán Moscoso, precursora del socialismo. Hija de Mariano Tristán Moscoso, Flora fue abuela de Paul Gaugin, hijo de su hija Alina Chazal por quién una de mis hijas lleva su nombre. Paul también tuvo una hija Alina. Todas estas historias de la familia las escuchaba desde muy pequeña, así que eran parte de la educación y formación de mi identidad. Mi abuela Josefina Vernal y Luza fue mi educadora, diré con justicia. Era ciega y escuchaba mucho la radio, le gustaba un programa que tenía de fondo musical ‘Barcarola’ de Offenbach…y, claro, seguir el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Yo era su lectora de cosas que aún no captaba bien. Y ésto sucedió ayer.... Doña Chepa no es triste como la madre de Valdelomar, callada, sí y sabia también. "Mi padre era callado, mi madre era triste / y la alegría nadie me pudo enseñar.." dice el autor de 'La Ciudad de los tísicos'.
Estas cosas pasaron pues, en mi vida. Las reseño porque desde tan niña las grabé temprano en la memoria y para que recuerden los que ésto leen que los niños “ven lo que los mayores no vemos” como dice Arguedas en “Los ríos Profundos”.
*Mi madre falleció n Lima, el 9 de Julio de 1998.
Nota - Respuesta fue originakmente un pedido del Dr. Angel Flores (*), quien iba a publicar un libro para Editorial H.W. Wilson Co. de New York. Escribió de Albuquerque, New México. Como era una enciplopedia de una fuerte editorial, pedí pago y se negaron. Así que este recuento quedó en mis archivos. C.B.
Cecilia Bustamante©2005
Premio Nacional de Poesía del Perú Visiting Scholar en la Universidad de Texas en Austin
www.cecilia-bustamante.com
EXTRAMARES@aol.com

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