miércoles, 29 de agosto de 2007

UNA EDUCACIÓN PARA LA PAZ Y LA RECONCILIACIÓN

El 28 de agosto de 2003, el Dr. Salomón Lerner Febres presidente de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), en una ceremonia especial en Palacio de Gobierno entregó al país su Informe Final después de dos años de intenso trabajo el mismo que consta de 09 tomos y 06 anexos. En ella se detalla lo que significó el mandato de dicha Comisión: 1) esclarecer los hechos de violencia ocurrida en el Perú entre 1980-2000; 2) identificar a los responsables de tan execrables crímenes y 3) proponer iniciativas destinadas a afirmar la paz y la reconciliación entre todos los peruanos y peruanas. Del mismo modo, dio a conocer sus 171 conclusiones que puntualizan de manera resumida las principales causas del conflicto, las responsabilidades de los actores, las secuelas post traumáticas en las víctimas, la participación de los gobiernos de turno, entre otros puntos que la región de San Martín haría bien en conocer. Desde esa fecha cada 28 de agosto se conmemora la entrega del Informe Final de la CVR.
Han transcurrido cuatro años desde que se hiciera público dicho Informe y entre los diversos valores que pudo haber tenido ese documento, uno particularmente relevante es el de haber propuesto una versión del proceso de violencia que desafiaba la historia oficial instituida implícitamente en los años previos. Esta nueva perspectiva de registrar los hechos, convertida ahora en una memoria histórica de más profundidad y más incluyente, es importante para las acciones y los cambios educacionales que se ha propuesto el gobierno regional de San Martín con miras a la consolidación de la paz y de la democracia.
Sin embargo, la memoria histórica construida por la CVR no ha sido aprovechada lo suficiente ni por las autoridades política ni por los diferentes actores de sociedad civil para hacer de esta memoria un vigoroso ejercicio de pedagogía cívica con el fin de garantizar que estos hechos no se repitan sino que transitemos por caminos de justicia y reconciliación.
Por otro lado, la Dirección Regional de Educación ha escogido una fecha próxima a la conmemoración del IV Aniversario de la entrega del Informe Final para lazar en una ceremonia cívica, el Proyecto Educativo Regional (PER) largamente esperado por el pueblo sanmartinense. El PER tiene una proyección de 14 años y en su visión se proyecta una educación humanista, científica y tecnológica, equitativa y de calidad. Aspira a formar personas competentes, críticas, creativas y que desarrollen proyectos de vida con identidad amazónica. Entre sus objetivos estratégicos está promover una sociedad educadora y un sistema educativo con capacidad transformadora.
Son dos momentos importantes que fortuitamente han coincidido para bienestar de la región. Pero, ¿cómo contribuye la memoria histórica en el cumplimiento de los objetivos del Proyecto Educativo Regional?
En primer lugar, hay que recordar que nuestra región fue escenario de un conflicto armado interno que significó la pérdida de vidas humanas, de infraestructura productiva, del capital social y que, en alianza con el narcotráfico, distorsionaron las vías de desarrollo. En segundo lugar, no podemos olvidar la desnaturalización que hicieran estos “docentes de la muerte” de la digna profesión de ser maestro que, utilizando las aulas y las horas de clase sembraron una visión distorsionada de la realidad generando, de esta manera, sentimientos de violencia. No hay que olvidar tampoco, que la pedagogía utilizada para implantar sus ideologías totalitarias fueron el terror y el espanto las mismas que dejaron secuelas sicológicas difíciles de revertir afectando el aprendizaje de nuestros estudiantes y profundizando el atraso y la pobreza.
En ese sentido, un Proyecto Educativo Regional debe comenzar valorando la memoria histórica como un factor decisivo para reflexionar e interpretar nuestro pasado doloroso y buscar caminos de resignificación de los símbolos que nos dejó la violencia con la finalidad de darle un nuevo sentido al pasado. Todo esto no sería posible si no dispusiéramos de un instrumento de acción como lo es el PER en cuyos objetivos se considera promover una sociedad educadora comprometida con el desarrollo de su comunidad; un sistema educativo capaz de forma personas con valores éticos como la Paz, la Justicia, la Verdad, la Reconciliación valores intrínsecos en toda comunidad sana, pacífica y desarrollada.
Un Proyecto Educativo Regional que se construye desde las bases de la memoria histórica garantizará que las siguientes generaciones ausculten su pasado con la mirada puesta en la esperanza de una sociedad justa y equitativa; con el compromiso irrenunciable de prevenir y atender las causas que originaron esta violencia fratricida para que no se repitan. Estamos convencidos del tremendo impacto que tiene la memoria histórica sobre las decisiones políticas, sobre la forma de hacer justicia y las oportunidades que se tienen para consolidar nuestra convivencia pacífica y democrática.
Por último, es importante mencionar la contribución de la memoria histórica al momento de elaborar el Diseño Curricular Regional Diversificado. Esta diversificación curricular que no es otra cosa que contextualizar el Diseño Curricular Nacional exige que tengamos en cuenta las secuelas que aun están presentes en nuestra región y las necesidades creadas por la violencia política. Prueba de ello son las múltiples demandas de atención en reparaciones y judicialización que las organizaciones de víctimas hacen llegar a la Comisión Regional de Reparaciones. Todos están afectados en su salud mental, muchos han perdido sus tierras y han quedado sumidos en la pobreza extrema. Muchas mujeres que han sufrido violencia sexual viven con el temor de ser estigmatizadas. Estas secuelas pueden explicar en parte la violencia familiar en la que se crecen muchos de nuestros estudiantes
La visión del Proyecto Educativo Regional de formar “personas competentes, críticas, creativas que desarrollan proyectos de vida” sólo será posible si los saberes y aprendizajes van de la mano de los hechos reales pasados y presentes. El conflicto armado interno que vivimos en San Martín debe ser analizado críticamente por los estudiantes para formar generaciones con proyectos de vidas digna, inclusivas, democráticas, tolerantes y con un profundo respeto por la vida. Una educación transformada es una educación para la paz y la reconciliación.

http://generandopinion.blogspot.com/
Mario Mercedes

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