domingo, 19 de agosto de 2007

PUERTO RICO/RECLUTAMIENTO MILITAR EN LAS ESCUELAS. CLARIDAD EN LA NACIÓN AÑO

Las inquietudes y preocupaciones de los padres y madres de jóvenes adolescentes en el Puerto Rico de hoy son evidentes. El acecho de los depredadores de la juventud es consistente. Por tal razón, siempre les estamos recordando a estos la precaución que tienen que observar con los extra/nos, con los viciosos de las drogas y el alcohol, con las presiones de grupo y hasta con la forma de conducir el automóvil. Nuestra función de "protectores" la desarrollamos no empecé la indiferencia (simulada en ocasiones) que nuestros hijos demuestran. Sin embargo, muchos padres y madres desconocen que en la retahíla de los vicios y peligros que advertimos diariamente a nuestros hijos e hijas, olvidamos -o desconocemos- advertirles sobre uno mas, que simplemente lo pueden enfrentar en la misma escuela.
Ese peligro se llama reclutador militar y es un ave de rapiña que merodea por los alrededores de las escuelas superiores detectando y estudiando sus presas para seducirlos con engaños y mentiras utilizando como arma la falta de oportunidades del sistema y, por supuesto, los sueños y expectativas propios de la juventud.
Estos reclutadores realizan toda clase de contactos hasta dar con aquellos jóvenes que en algún momento expresaron deseos de proseguir estudios universitarios pero que sus familias no cuentan con los recursos económicos para pagarlos, con aquellos que han demostrado dotes deportivas, con aquellos que demuestran cualidades de liderato entre sus pares y, por supuesto, con aquellos que "confidencialmente" le expresaron al director, al orientador y hasta al maestro, que considerarían el ingreso a las fuerzas armadas como alternativa.
Ante el rechazo de la juventud norteamericana a servir de carne de cañón en lugares lejanos, estos personajes, impecablemente uniformados, acechan nuestras escuelas superiores buscando jóvenes para sus guerras. Para lograr ese propósito pintan un cuadro ficticio a nuestros jóvenes. Les hablan de carreras universitarias, de viajes por todo el mundo, de jugosos empleos, de la necesidad de salvar la democracia y de la magnífica oportunidad para ayudar económicamente a la familia, ocultándoles la verdadera realidad del proceso. Esta oferta, falsa e inmoral, se les brinda a nuestros jóvenes en las mismas escuelas, con el aval de las autoridades escolares y en total desconocimiento de sus padres.
Ante ese cuadro, inmoral y oportunista, varias organizaciones no gubernamentales se han dado a la tarea de presentar la otra cara de la moneda, alertando a padres y estudiantes de que en las escuelas y en sus alrededores existe otro gran peligro que atenta contra la vida y el futuro de esta. El éxito alcanzado por estas organizaciones no se ha aquilatado como es debido. Estas organizaciones han logrado, no empecé la falta de alternativas que sufre nuestra juventud, que cientos de jóvenes hayan rechazado la violencia y la guerra diciendo no al militarismo y a la guerra.
Estas organizaciones han logrado que centenares de jóvenes hayan utilizado el mecanismo que la ley No Child Left Behind (NCLB) provee para que sus expedientes no sean entregados a los reclutadores. Si bien es cierto que bajo esta ley las escuelas superiores vienen obligadas a entregar a los reclutadores listas de estudiantes con nombres, direcciones, numero de teléfono y correo electrónico, la misma provee para que tanto los estudiantes como los padres puedan evitar, solicitándolo por escrito, dicha entrega.
Como mecanismo de orientación, las organizaciones distribuyeron, en los perímetros de las escuelas superiores, miles de formularios y boletines orientando a estudiantes y padres sobre como solicitar ese derecho, ya que para efecto de la Ley, no hacerlo constituye consentimiento. El resultado de esa gestión consistió en que un 49 por ciento de los estudiantes de undécimo y duodécimo grado firmaran para negar el acceso de los reclutadores a sus expedientes escolares. Este por ciento, es más del doble que el del sistema escolar de Berkeley, California (23%) que es el que mas oposición ha demostrado al reclutamiento militar en las escuelas en Estados Unidos.
Sin duda alguna, este triunfo contra el reclutamiento en las escuelas superiores, constituye, mas allá de un triunfo porcentual, un triunfo por la dignidad y la vida misma de nuestros jóvenes adolescentes. La alternativa de la guerra no es ni debe ser el norte de nuestros chicos y chicas, ya que el resultado de esta es la muerte física y emocional. Es de conocimiento general que los procesos de guerra tan lejanos como en Afganistán e Irak han cobrado la vida de decenas de boricuas, y los que han regresado con vida sufren problemas de adaptación, raras enfermedades y el total olvido e indiferencia de las agencias de salud federales.
En este nuevo a/no escolar, las organizaciones seguimos dando la batalla contra la presencia de los reclutadores en las escuelas y en su defecto, por el acceso a las mismas para orientar a los estudiantes. Pero la lucha es cuesta arriba.
En primer lugar, necesitamos que el Departamento de Educación permita nuestro acceso a las escuelas superiores sin restricciones. Si bien es cierto que el Secretario ha emitido dos cartas circulares que establecen un "procedimiento uniforme para el acceso a las escuelas", la realidad es que la burocracia escolar ha convertido la misma en inoperante. Un ejemplo de esto lo encontramos en el área oeste, donde una organización lleva dos a/nos solicitando acceso a tres escuelas superiores del distrito escolar de Mayaguez sin recibir contestación de las autoridades escolares.
En segundo lugar, los reclutadores actúan con ventaja, ya que la agencia reconoce el ingreso a las fuerzas armadas como una opción estudiantil. Entendemos que la guerra no debe ser considerada jamás como alternativa de estudio o de empleo de nuestra juventud. Así también, esa practica es contraria a la función ministerial que la Ley Orgánica le asigna al Secretario. Entre otras, tiene la responsabilidad de reconocer el derecho de los estudiantes a su seguridad personal, a estudiar en un ambiente sano, a su intimidad y dignidad personal, a seleccionar su oficio o profesión libremente y a una educación que les permita proseguir estudios superiores o les proporcione acceso al mercado de trabajo.
En tercer lugar, urge la participación de los estudiantes, de los padres y de toda la ciudadanía en la solución de este problema.
Invitamos a todos a participar de las actividades que la Alianza Contra la Convención de la Guardia Nacional realizara durante los días 24 (Centro Recepciones), 25 (Paseo La Princesa) y 26 (Centro de Convenciones) de agosto. Protestaremos a favor de la paz y a favor de la vida de nuestros jóvenes.

* El autor es maestro y miembro de la Comisión Ejecutiva del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano.
Juan Camacho
ESPECIAL PARA CLARIDAD
camachopr@coqui.net

1 comentario:

janice dijo...

HOLA SOY UNA MADRE QUE SE PREOCUPA POR SU HIJO Y LE INTERESA SABER SOBRE LAS ESCUELAS MILITARES EN PUERTO RICO ESPERO SU RESPUESTA