miércoles, 29 de agosto de 2007

COMO PARALIZAR EL PERÚ EN TRES PASOS

El terremoto ha corrido el velo que ocultaba lo extremadamente fácil que es dejar atónito e incomunicado al Estado. A pesar que las ciudades de Ica, Chincha y Pisco son, más allá de las que están dentro del departamento de Lima, las de más rápido acceso a la capital, ningún sistema de comunicación efectivo alertó de las verdaderas dimensiones de la tragedia al poder Ejecutivo y a las Fuerzas Armadas.
Uno de los primeros aviones que aterrizaron en Pisco trayendo ayuda material masivamente no perteneció a las fuerzas aéreas de nuestra nación, sino a las de Bolivia, que reaccionó más rápidamente que muchos ministerios y altos comandos.En agradecimiento a la generosidad de los países latinoamericanos, europeos, a los norteamericanos y a todos los demás que han mostrado su buena voluntad enviando ayuda en aviones y barcos, les brindaré recíprocamente una rápida receta que enseña de manera sencilla como paralizar a nuestro país. Ya saben, aplíquenla en caso que tengan alguna disputa limítrofe o alguna acción de retaliación que desarrollar en nuestro querido suelo patrio, hogar del cebiche más rico y las empresas de transporte terrestre más hijodeputas del orbe, con Soyuz como abanderada de la hijoputez máxima.
Cómo paralizar el Perú en tres pasosy lograr 48 valiosas horas de ventaja, si no son más, en caso de guerra.
Ingredientes:
- Cuatro (04) misiles teledirigidos de mediana o baja carga explosiva.
- Seis (06) cargas explosivas de amplio radio de acción.
- Lugareños contratados para poner las cargas explosivas (sugiero usar a la viceministra Cayetana Aljovín, vocera semioficial de Telefónica).
1. Tres misiles teledirigidos a Lima Metropolitana. No necesitan ser de gran poder explosivo, y tampoco es necesario cobrar muchas víctimas.
Los dos primeros han de estallar en lugares que llamen la atención: uno en el parque de Miraflores, otro en el inaugurado Parque de las Piletas, y por último, uno en el Megaplaza de Lima Norte. Lanzados en un horario laboral normal, entre 9am y 7pm, provocarán un colapso de los endebles sistemas celulares ante las múltiples llamadas de los ciudadanos, y las múltiples llamadas de los gobernantes. Sí, sorpresa. Nuestro presidente, nuestros ministros y nuestros generales no tienen otro sistema de comunicación rápida distinto al que ofrecen Telefónica, Claro y Nextel al ciudadano común. Sí, tardarán horas en buscar un sistema alternativo al Blackberry que usaban para comunicarse entre los más altos mandos de un país de 28 millones de habitantes. Sí, tampoco nosotros sospechábamos que el Ejecutivo y las Fuerzas Armadas fueran tan susceptibles a un colapso telefónico.
2. Un misil teledirigido al local central de RPP. Esa estación de radio es peligrosa porque demuestra ser un sistema de información alternativa mucho más eficiente y rápida que el Estado en diversas crisis y catástrofes. Hasta los militares y ministros confían más en RPP que en canales de comunicación internos para enterarse de la situación en el país. Vuélenlo y generarán un pánico nunca visto: una emergencia nacional sin RPP.
3. Seis explosivos de alta potencia en las tres carreteras básicas de Lima. Por si no lo sabían, la conexión sanguínea de la enorme cabeza limeña con el resto de su dependiente cuerpo nacional, está a cargo de tres hilos de asfalto casi en su totalidad. El resto de carreteras jamás han tenido la debida importancia. Volando efectivamente dos grandes tramos en la Panamericana Norte, dos en la Panamericana Sur y dos tramos en la Carretera Central, todos en sectores cercanos a la capital, se asegurarán de cortar el abastecimiento terrestre a la hidrocefálica ciudad de Lima y de paso, desconectar el resto del país cuyo sistema vial tiene a la Metrópoli como único centro neurálgico.La ineficiencia del sistema de reacción rápida estatal hará el resto. Helicópteros con mal mantenimiento, déficit de aviones de carga pesada en un país de difícil geografía y atolondramiento de las actuales cabezas con capacidad de decisión, además de la casi nula atención a mecanismos de prevención de desastres, dejarán un país desconcertado y listo para perder cualquier conflicto. Pueden pasar 48 horas si no son más, antes que nuestros gobernantes sepan quién los golpeó.Voluntarios para paliar la emergencia, habrán. Gente con ganas de ayudar en lo necesario, sobrará. Personas con pasta de héroes estarán formando colas para entrar en acción. Pero no se preocupen, que si de algo adolece nuestra nación endémicamente, es de una clase dirigencial con cabeza fría y ordenada para canalizar sus esfuerzos.
Andrés Paredes
Surco, Lima, Peru
http://fabbernoduer me.blogspot. com/

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