El Movimiento bolivariano que dirige Hugo Chávez en Venezuela, tiene como una de sus más destacadas asesoras a Marta Harnecker, conocida discípula de Althuser, filósofo francés, cuya peculiar interpretación del marxismo, desde posiciones estructuralistas, es bien conocida.
En su obra titulada “Elementos de materialismo histórico” Marta Harnecker, falsifica la concepción materialista de la historia desde el comienzo, apoyándose en su maestro, Althuser. Veamos que dice esta honorable dama del MODO DE PRODUCCIÓN.
“Todo modo de producción está formado por: 1) UNA ESTRUCTURA GLOBAL, formada por tres estructuras regionales:
· estructura económica
· estructura jurídico política (leyes, Estado, etcétera)
· estructura ideológica (ideas, costumbres, etcétera)
2) En esta estructura global, una de las estructuras regionales DOMINA a las otras”. (1)
Para sustentar esta teoría de la regionalización del Modo de Producción. La autora tiene la audacia de remitirse al mismo Marx, interpretándolo a su antojo. En la llamada N° 36 del Libro Primero de “El Capital”, Marx, contestando a una objeción de un “periódico alemán de Norteamericana” al prólogo de su célebre obra titulada “Contribución a la crítica de la economía política”, dice textualmente:
“En primer lugar, resulta peregrino que haya todavía quien piense que todavía esos tópicos vulgarísimos que corren por ahí acerca de la edad media y del mundo antiguo son ignorados de nadie. ES INDUDABLE QUE NI LA EDAD MEDIA PUDO VIVIR DEL CATOLICISMO NI EL MUNDO ANTIGUO DE LA POLÍTICA. LEJOS DE ELLO LO QUE EXPLICA POR QUE EN UNA ERA FUNDAMENTAL LA POLÍTICA Y EN LA OTRA EL CATOLICISMO ES PRECISAMENTE EL MODO COMO UNA Y OTRA SE FORMABAN LA VIDA. Por lo demás, no hace falta estar muy versado en la historia de la república romana para saber que la HISTORIA DE LA PROPIEDAD INMUEBLE FORMA SU HISTORIA SECRETA. YA DON QUIJOTE PAGO CARO EL ERROR DE CREER QUE LA CABALLERÍA ANDANTE ERA UNA INSTITUCIÓN COMPATIBLE CON TODAS LAS FORMAS ECONÓMICAS DE LA SOCIEDAD”. ( 2)
Comentando esta nota, Marta Harnecker, dice lo siguiente:
“Si resumimos lo esencial de esta nota, podemos observar que Marx sostiene que si lo económico domina en el capitalismo, no se puede negar que en la Edad Media dominaba el catolicismo (es decir una estructura ideológica), y en Atenas y Roma, la política…”
Esta es una tergiversación burda de lo que Marx expone en la nota comentada. Lo que afirma el Pensador del Milenio puede resumirse en la siguiente forma:
a) La edad media no pudo vivir del catolicismo ni el mundo antiguo de la política ,
b) El catolicismo en la edad media y la política en Atenas y Roma eran fundamentales, por “el modo como una y otra se formaban la vida”. Y el modo de formarse la vida no es otro que el modo de producción.
c) Las instituciones de una sociedad corresponden a su formación económica. Es de Quijotes pensar lo contrario.
El materialismo histórico está claramente expuesto en el Prólogo de Marx a su “Contribución a la crítica de la Economía política”, texto cuya primera parte es el siguiente:
“En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias, independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una determinada fase del desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El sistema de producción de la vida material condiciona todo el proceso de la vida social, política y espiritual. No es la conciencia del hombre la que determina su existencia, sino, por el contrario, su existencia social es la que determina su conciencia…” ( 3)
Son las relaciones de producción las que forman la estructura económica de la sociedad. Esta estructura, constituye LA BASE “sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política“. En esta formulación de Marx no hay cabida para una “estructura global” dividida en “estructuras regionales”. Estas “estructuras” harneckianas, forman parte de la SUPERESTRUCTURA que se levanta sobre determinadas relaciones de producción, que, como hemos visto constituyen la BASE de toda sociedad .
En la teoría de Marta Harnecker sobre el “modo de producción global” no hay lugar para las categorías de base y superestructura, expuestas por Marx con claridad meridiana en el Prólogo que estamos comentando. De hecho, niega que, en toda sociedad, la base es el sistema económico, y que la superestructura la conforman las concepciones jurídicas, políticas , religiosas, filosóficas, artísticas, etc. y las instituciones que les corresponden. Para ella, estas son “regiones del modo de producción global”. ¿Y qué es un modo de producción? Según la autora de “Los conceptos elementales del materialismo histórico”:
“El CONCEPTO DE MODO DE PRODUCCIÓN se refiere a un objeto abstracto, a una totalidad social pura, “ideal”, en la que la producción de bienes materiales se efectúa en forma homogénea”.(4)
Es común en todos los revisionistas afirmar que las relaciones de producción (modo de producción) tienen carácter inmaterial; tratan de presentarlas como relaciones psíquicas, espirituales. De aquí proviene ese concepto de un modo de producción como “totalidad social pura, ideal”, negando que es el modo de lograr los medios de vida utilizando los instrumentos de producción necesarios para la existencia de la sociedad y de los mismos seres humanos. El “objeto abstracto” al que se refiere Marta Harnecker, es decir el modo de producción, en la vida real representa la unidad de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Las primeras vinculan al hombre con la naturaleza, mediante el trabajo, para crear los bienes materiales que le permiten subsistir, y las segundas se refieren a la propiedad de los medios de producción, es decir, a qué clase pertenecen. Se trata de dos aspectos concretos, que históricamente han integrado o formado todos los modos de producción: comunismo primitivo, esclavismo, feudalismo, capitalismo y la primera fase del modo de producción comunista: el socialismo.
Como hemos visto , la autora, considera que en toda “estructura global”, una de las estructuras regionales domina a la otras”. Y mas adelante agrega:
“Precisemos más lo que entendemos por estructura dominante. A nivel de modo de producción consideramos dominante a aquella estructura regional que desempeña el papel fundamental en la reproducción de un modo de producción determinado”. (5)
Es en el sistema capitalista, según Marta Harnecker, donde “su reproducción está asegurada por leyes internas a la estructura económica”. Afirma que esto no ocurre en el modo de producción servil, porque “no son las leyes económicas las que aseguran la reproducción del sistema. En este modo de producción, por lo tanto, es dominante la superestructura ideológica o jurídico política, ya que es a través de ellas que se asegura la reproducción del modo de producción”. (6)
No es cierto que sólo en el modo de producción capitalista la reproducción juegue un rol fundamental, “dominante”. En todos los modos de producción, la reproducción juega un rol igual. Al respecto Marx dice:
“Sea cual fuere la forma social que adopta el proceso de producción, tiene que ser continuo, o, lo que es lo mismo, volver a pasar en forma periódica por las mismas fases. Una sociedad no puede dejar de producir, tal como le es imposible dejar de consumir. Considerando, no en su aspecto aislado, sino en el curso de su incesante renovación, TODO PROCESO DE PRODUCCIÓN SOCIAL ES AL MISMO TIEMPO, PROCESO DE REPRODUCCIÓN”. (7) (El subrayado me pertenece. J.S.P. )
La teoría del modo de producción global y sus tres estructuras regionales, con el agregado sobre su “papel determinante y papel dominante”, es un invento de Althusser, como lo reconoce la misma M. Harnecker:
“La distinción entre papel DOMINANTE y papel DETERMINANTE en última instancia es una distinción fundamental que debe ser hecha y a la cual Althusser ha dado todo su peso. En Marx y en Engels es difícil encontrar formulaciones explícitas sobre esta distinción, debido a que su objeto de estudio es el MODO DE PRODUCCION capitalista en donde ambas determinantes coinciden; el nivel económico desempeña en este modo de producción no solo el papel determinante en última instancia sino también el papel dominante“.(8)
Esta es una afirmación audaz e irresponsable. La estructuralista, olvida que Marx es el fundador del materialismo histórico, genialmente resumido en el Prólogo a su “Contribución a la Crítica de la Economía Política” y al cual ya nos hemos referido. Sin embargo, es necesario volver a él para hacer las siguientes precisiones:
Toda sociedad tiene una base que está constituida por su sistema económico o modo de producción; y toda base tiene una superestructura conformada por las concepciones políticas, jurídicas, religiosas, artísticas y filosóficas de la sociedad, y las instituciones que les corresponden.
El cambio de la base acarrea necesariamente el cambio de la superestructura. Sin embargo, esto no quiere decir que la superestructura se limite a jugar un rol de simple reflejo de la base. En realidad, ocurre lo contrario, porque una vez que ha surgido, se convierte en una fuerza poderosa que ayuda a la consolidación de su base, sirve a su base, pero no la domina. No hay ni puede haber una superestructura dominante, con relación a su base.
“Y no puede ser de otra manera. La superestructura es creada por la base precisamente para que la sirva, para que la ayude activamente a tomar cuerpo y a afianzarse, para que luche activamente por la destrucción de la base vieja, caduca, y de su antigua superestructura. Basta que la superestructura renuncie a este su papel auxiliar, basta que pase de la posición de defensa activa de su base a la posición de indiferencia hacia ella, a una posición idéntica ante las distintas clases, para que pierda su calidad y deje de ser superestructura”.(9)
No es cierto que en la Edad Media la religión (el catolicismo) haya dominado a lo económico. Como parte de la superestructura, defendió a su base económica feudal, estuvo a su servicio en forma activa. Lo mismo debemos decir de la política en Grecia y Roma. Se trató de una política al servicio de un modo de producción (base) esclavista.
La tesis según la cual en el modo de producción capitalista “el nivel económico desempeña… no solo el papel determinante en última instancia sino también el papel dominante”, distorsiona las relaciones entre economía (base) y superestructura jurídica política en el régimen capitalista. La política es siempre producto y expresión de un régimen económico, pero a su vez ejerce una acción cardinal sobre él. “La política es la expresión concentrada de la economía”, ha dicho Lenin.
En toda sociedad dividida en clases, la superestructura no puede estar al margen de las clases y ser neutral en la lucha de clases. En el régimen capitalista, el Estado y el Derecho (superestructura) representan y defienden abierta y activamente la base económica del capitalismo y a las clases dominantes. De aquí se desprende que es ilusorio esperar que la “región económica” del “modo de producción global”, por ser supuestamente “dominante”, conduzca espontáneamente a un nuevo modo de producción, concretamente al socialismo.
En conclusión, la teoría del modo de producción como una estructura global, formada por tres estructuras regionales, constituye una falsificación del materialismo histórico. En esta concepción científica, el modo de producción es la unidad de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. En toda sociedad, estas relaciones corresponden a una etapa determinada del desarrollo de las fuerzas productivas, y forman la BASE sobre la cual se levanta una SUPERESTRUCTURA, constituida por las instituciones jurídicas y políticas, y por determinadas formas de conciencia social.
En el sistema capitalista, cuya última etapa es el imperialismo, las denominadas “estructuras regionales” político-jurídica y la ideológica, consideradas como no “dominantes”, por M. Harnecker, juegan un rol decisivo en la defensa y conservación de su base económica. El imperialismo defiende su existencia “mediante la explotación, la ruina y la depauperación de la mayoría de los habitantes del país dado, mediante el avasallamiento y el saqueo sistemático de los pueblos de otros países, principalmente de los países atrasados, y, por último mediante las guerras y la militarización de la economía nacional, a las que se recurre para asegurar el máximo beneficio”. (10)
Esta es la “estructura regional” jurídico política del imperialismo, estructura supuestamente no “dominante” ; (¿ pasiva?) del imperialismo.
Consecuente con su teoría sobre el modo de producción global formado por tres estructuras regionales, Marta Harnecker, al ocuparse de la “estructura ideológica “, afirma lo siguiente:
“La ideología contiene elementos de conocimiento de la realidad, pero estos se encuentran siempre integrados por un sistema global de representaciones que, por principio, es un sistema deformado y falseado de la realidad”. (11)
Esta tesis de la ideología como producto falseado de la realidad, es repetida y defendida reiteradamente por la autora. De aquí surge la necesidad de hacer hincapié en esta cuestión, cediendo la palabra al cofundador de socialismo científico, en el que pretende apoyarse. Lo que Engels dice textualmente en su carta del 27 de octubre de 1890 a Conrad Schmidt es lo siguiente:
“En lo concerniente a los dominios de la ideología que PLANEAN AUN MÁS ALTO POR EL AIRE- RELIGIÓN, FILOSOFÍA, etc. – tienen una raíz prehistórica, preexistente y que pasan al período histórico, y que HOY LLAMAMOS CHARLATANERÍA. Estas DIVERSAS CONCEPCIONES FALSAS DE LA NATURALEZA, DEL HOMBRE. DE LOS ESPIRITUS, DE LAS FUERZA MAGICAS, etc., tienen en su mayor parte SOLO UNA BASE ECONOMICA NEGATIVA. Pero el deficiente desarrollo económico del período prehistórico tiene por complemento y es también en parte condicionado y aún causado por las falsas concepciones de la naturaleza. Y aun cuando la necesidad económica era la principal fuerza motriz del progresivo conocimiento de la naturaleza y lo sea cada vez mas, sería seguramente pedantesco buscarles causas económicas a todos estos absurdos primitivos. LA HISTORIA DE LA CIENCIA ES LA HISTORIA DE LA ELIMINACION GRADUAL DE ESTOS DISPARATES O DE SU REEMPLAZO POR NUEVOS PERO YA MENOS ABSURDOS DISPARATES.”. (12) (Los subrayados me pertenecen.- JSP)
Este pasaje de Engels sirven para poner en claro las siguientes cuestiones:
a. No es cierto que el cofundador del socialismo científico haya dicho alguna vez que la ideología tiene “regiones”, como pretende M. Harnecker. Hablar de los “dominios de la ideología” no es lo mismos que decir “regiones de la ideología”. Con esta falsificación lo que se pretende es justificar y fundamentar la teoría de la “regionalización de la superestructura”.
b. Los “dominios” de la ideología, que ”planean aun más alto por el aire” están en la religión, la filosofía, etc., cuyas concepciones falsas sobre la naturaleza, el hombre, los espíritus, las fuerzas mágicas y la propia vida, fueron producto de una base económica negativa, atrasada.
c. Los absurdos de las concepciones primitivas sobre el mundo, la vida y el hombre, fueron producto del atraso económico. Sin embargo, las propias ignorancias y las concepciones falsas jugaron a su vez un rol negativo en el desarrollo económico.
d. La historia de las ciencias es, en resumen, la eliminación gradual y progresiva de todas las concepciones falsas de la ideología primitiva y de sus herederos contemporáneos.
e. No toda ideología “planea alto, por el aire”. La ideología que tiene su fundamento en el conocimiento científico del mundo, la vida y el hombre, es una ideología científica. Tal es el carácter de la filosofía del proletariado, el materialismo dialéctico y el materialismo histórico.
La autora de “Los conceptos elementales del materialismo histórico”, considera que toda ideología, en cualquier sociedad, es siempre una deformación de la realidad. Dice lo siguiente:
“No cabe duda de que la deformación de la ideología se encuentra dominada en una sociedad de clases por los efectos específicos de la división en clases, del papel que desempeñan estas clases en la estructura social, etc. PERO ESTE HECHO NO CAMBIA EN NADA EL PRINCIPIO GENERAL QUE EXPLICA, EN ULTIMO TÉRMINO, LA DEFORMACIÓN NECESARIA DE TODA REPRESENTACIÓN IDEOLÓGICA POR EL CARÁCTER ESTRUCTURAL DE TODA SOCIEDAD”.(13) (El subrayado me pertenece J.S.P.)
De aquí se desprende que, para la autora, la “ deformación ideológica” es inevitable tanto en la sociedad de clases como en la sociedad sin clases. La ideología es, en consecuencia, siempre falsa, deformada. M. Harnecker contradice a Engels, al que recurre en su apoyo y para quien la eliminación de los “disparates” (deformaciones) de las ideologías que “planean aun más alto por el aire”, como la religión y la filosofía, se produce inevitablemente como resultado del desarrollo de la ciencia.
El materialismo histórico parte del principio de que la conciencia social es un reflejo del ser social de los hombres. La conciencia social se manifiesta y particulariza (no se regionaliza) en diversas formas ideológicas concretas: como las doctrinas y teorías sociales (ideas políticas y jurídicas), la religión, la filosofía, el arte y la moral. Cada una de ellas cumple una función que está en armonía con su correspondiente base o sistema económico. Forman la superestructura y como tal "cumplen un papel activo” en defensa de su base, como ya hemos visto.
Los “dominios de la ideología” a los que se refiere Engels, sufren cambios profundos como consecuencia del paso de una formación social a otra. Y es que la misma conciencia de los hombres cambia como consecuencia del cambio de la composición de clases de la sociedad. El materialismo histórico subraya cómo, cuando una formación social caduca y se presentan claros signos de inevitables y necesarios cambios económico sociales, los hombres cobran conciencia de la necesidad de esos cambios. Es en esas etapas históricas que surgen las ideologías revolucionarias que rompen con esquemas, encasillamientos y “estructuras” de idea. No son una “deformación necesaria de toda representación ideológica por el carácter estructural de toda sociedad”, como pretende M. Harnecker.
No es cierto que el marxismo afirme que el “nivel ideológico tiene su contenido propio y sus propias leyes de funcionamiento y desarrollo” , como sostiene la misma autora. .El materialismo histórico enseña que toda ideología tiene relación directa con el problema fundamental de la filosofía: el problema del ser y el pensar, afirmando que primero es el ser y después el pensar (ideología). En segunda lugar, presenta y demuestra las relaciones de producción como la base sobre la cual se levanta la superestructura de todo modo de producción. Con la claridad, precisión y contundencia que les son propias, Stalin dice:
“Basta que la superestructura renuncie a este su papel de auxiliar, basta que pase de la posición de defensa activa de su base a la posición de indiferencia hacia ella, hacia una posición idéntica ante las distintas clases, para que pierda su calidad y deje de ser superestructura”. (14)
No existe una superestructura divorciada de su base. Entre ambas existe una acción y reacción recíprocas. La ideología, pertenece a la superestructura y sirve a su base. Esta es lo fundamental y no su autonomía relativa y dependiente de su base. De aquí surge precisamente el carácter dominante de toda ideología de la clase dominante. No es casual que la burguesía falsifique, se oponga y hasta suprima a la ideología de la clase obrera. Esta ideología no defiende ni representa al sistema capitalista, es decir, a la base del modo de producción capitalista.
Todos los planteamientos erróneos de Marta Harnecker sobre la concepción materialista de la historia, provienen de las enseñanzas de Althuser a quien cita reiteradamente para sustentar su revisión del materialismo histórico. Todas sus disquisiciones sobre el carácter de la “deformación necesaria de toda representación ideológica por el CARÁCTER ESTRUCTURAL DE LA SOCIEDAD” están dirigidas contra el materialismo dialéctico, filosofía científica del proletariado. De aquí proviene su conocida posición frente al pasado de la Unión Soviética y otros problemas político ideológico. Repitiendo a su maestro Althuser propone una “nueva lectura de Marx”, afirma que el Capital es un “esfuerzo teórico incompleto”, “insuficiente“; que debe ser escrito nuevamente, etc. Refiriéndose a la Unión Soviética que construyó el socialismo y derrotó al nazifascismo, dice que “habría que saber si era socialismo”. Sin embargo, para nadie es un secreto su identificación total con la perestroika rabiosamente antiestalinista, causante de la debacle del campo socialista.
No es casual que M. Harnecker olvide que “El Capital”, obra cumbre de Marx, tiene en “El Imperialismo fase superior del capitalismo”, de Lenin, su continuación y desarrollo. Este olvido se debe a su posición frente a la globalización imperialista, a la que considera “un salto cualitativo en el proceso de internacionalización del capital”. Por eso propone la necesidad de “impulsar una orientación humanista, solidaria, de este proceso de internacionalización económica y cultural difícilmente reversible”.
En la lucha ideológica de la actualidad, cobran excepcional importancia las palabras de Lenin:
”El revisionismo altera arbitrariamente la Filosofía, la Economía Política y las enseñanzas sobre la lucha de clases marxistas”.
“En la Filosofía abjura del materialismo dialéctico y del materialismo histórico, sustituye la “sutil” y revolucionaria dialéctica por la simple y pacífica evolución”. (15)
El revisionismo destruyó a la Unión Soviética y al Campo socialista. Si los marxistas leninistas no cumplen su tarea histórica de salir al frente y desenmascarar oportuna y enérgicamente esta corriente burguesa metida dentro del movimiento proletario y revolucionario, será imposible no solo la revolución socialista sino el mismo triunfo y consolidación de los movimientos democráticos antiimperialistas en tránsito al socialismo, como el de Venezuela.
Notas.
1. MARTA HARNECKER.- Los conceptos elementales del materialismo histórico.-Siglo XXI Ed. p-140
2. CARLOS MARX.- Ed. Cartago Bs. As.1956 T. I p. 70
3. CARLOS MARX.- Contribución a la crítica de la Economía política. Ed. Estudios Bs. As. 1973 ps- 8-9
4. MARTA HARNECKER .- Obra citada p. 143
5. Ibíd. Ibíd. p.141
6. Ibíd. Ibíd. p.142
7. CARLOS MARX .- El Capital T. I p. 543
8. MARTA HARNECKER .- Obra citada p. 141
9. J V STALIN.- El Marxismo y los Problemas de la Lingüística. Ed. Lenguas Extranjeras Pekín p. 4
10. J V STALIN.- Los Problemas Económicos del Socialismo en la URSS Ed Lenguas Extranjeras Moscú 1952 p. 44
11. MARTA HARNECKER - Obra citada o. 103
12. MARX- ENGELS.- Correspondencia ,. Ed. Cartago. P. 313
13. MARTA HARNECKER.- Obra citada p. 107
14. STALIN Obra citada p. 3 15. LENIN - Obras Escogidas T. I p.75- Ed. Lenguas E. Moscú 1948
Por: José Sotomayor Pérez
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