En una suerte de glorificación de la prepotencia fanática y el despotismo dictatorial, Alan García, ha venido cometiendo una serie de desatinos sin nombre, propios de un individuo fuera de sus cabales y en peligrosa inclinación hacia sus instintos criminales ya demostrados durante su primer gobierno 1985-1990. No tuvieron que esperar mucho tiempo, quienes se equivocaron en votar por él, para que se dieran cuenta de que no sólo no ha cambiado sino que ha empeorado y degenerado hasta la perversión, haciéndose más tirano, arbitrario y opresor; y por consiguiente el peor conductor gubernamental de la historia comparable sólo con el delincuente prófugo Alberto Fujimori. Por ello, la población debe comprender, de una vez por todas, que no se pueden pedir reivindicaciones a una muralla de incongruencia y farsa (promesas incumplidas) sino su inmediata destitución por incapacidad moral. El congreso lo va a defender, indudablemente, pero está el método exitoso de la insurgencia popular pacífica, la huelga nacional hasta que se vea obligado a renunciar como Sánchez de Losada en Bolivia o Fernando de La Rúa en Argentina.
por
Carlos Angulo Rivas
La ley marcial con antifaz o disfrazada de “medida preventiva” (decreto supremo 060-2007 PCM) es una guerra declarada con el ejército en las calles. El total éxito del Paro Nacional del día de ayer (once de julio) en todas las regiones del país y con una manifestación multitudinaria en la Plaza San Martín de Lima, marcan el punto de quiebre de la expectativa o de la espera paciente de observar qué hacía el nuevo gobierno con las viejas mañas de antaño. Y lo estamos viendo, García Pérez quiere consolidar el modelo económico neoliberal del hambre y la desocupación, ya rechazado por el 70% de la población en las elecciones del año pasado; y lo infame es que lo quiere hacer mediante la imposición y la violencia, quiere gobernar en contra de la corriente y levantando tempestades; quiera condenar a la desgracia a la mayoría de los hogares peruanos, sin importarle un comino los muertos de bala o de hambre. Las últimas declaraciones, propias de un impávido tirano, burlándose de las marchas, las protestas, las huelgas de hambre o cualquier medida de lucha democrática son la verdadera faz de la infamia. Cómo ser presidente insultando de “comechados” a los pésimamente mal pagados maestros, sin acordarse de que sus padres lo fueron, o ya “regresaran todos estos ociosos muertos de hambre” “nadie se ha muerto con las huelgas de hambre” etc. etc., todos ellos epítetos o calificativos que indican palmariamente el desprecio absoluto por el pueblo trabajador miserablemente abusado y mal pagado mediante los “services” y la ausencia de leyes laborales y de seguridad. Alan García Pérez, se cree presidente de todos los peruanos diciendo en la práctica “me ensucio en todos” “ustedes me valen un carajo” “no me asustan sus alharacas” “ya verán cómo van a pedir limosna regresando a sus trabajos” etc. etc. Y para colmo de su prepotencia y abierta provocación que, justamente, respalda sus palabras y desquiciados actos, acelera la ley magisterial, sin aprobación alguna en el pleno del Congreso y pasando por alto todos los trámites de estudio y comisiones (complicidad del congreso), para firmarla apócrifamente en desafío absoluto a todos. Pues, la firmó en pleno Paro nacional diciendo o pensando: YO MANDO AQUÍ CARAJO, qué me importan los maestros y trabajadores.
Y no contento con tremendas torpezas, con tamaña impericia e ineptitud, se salta la constitución o el estatuto de Fujimori o como quiera llamarse a ese esperpento legal de la usurpación del poder, para detener y mandar a prisión a los principales dirigentes del SUTEP Luis Muñoz, Nílver López, Robert Huaynalaya y otros maestros y dirigentes de base (sesenta en total) por el solo hecho de participar en una marcha pacífica camino a la Presidencia del Consejo de Ministros. Y, además, haciendo gala de toda la brutalidad de sus desatinos, también ordenó la detención y cárcel para el ex congresista y dirigente político Javier Diez Canseco, quien abogaba por los maestros detenidos en la comisaría de San Isidro, bajo las órdenes del coronel Martínez.
La suerte está echada y el reto está planteado, la lucha debe continuar.
¡VIVA EL PARO NACIONAL AGRARIO Y DE LA CGTP!
¡VIVA LA HUELGA NACIONAL DEL SUTEP!
¡VIVA LA MOVILIZACION NACIONAL DE LAS REGIONES!
¡LIBERTAD A LOS DETENIDOS!
¡ABAJO ALAN GARCIA Y SU CAMARILLA DE INMORALES!
¡VIVA EL PERÚ VERDADERO! ¡AHORA SÍ CARAJO!
SIN LUCHAS NO HAY VICTORIAS
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