domingo, 24 de junio de 2007

NEOLIBERALISMO Y CLASE OBRERA

La ofensiva del capitalismo salvaje ha centrado sus fuegos en forma especial contra la clase obrera. Utilizando las teorías reaccionarias del neoliberalismo, ha puesto en marcha una serie de medidas dirigidas a sacar de la crisis histórica que aqueja al sistema capitalista en su etapa imperialista, a costa de los derechos de la clase obrera y la soberanía de los países del denominado “tercer mundo”.
Solo sirvientes descarados del imperialismo pueden negar que el neoliberalismo de la “globalización” imperialista ha traído a nuestros países, bajos salarios, pérdida de conquistas laborales, desocupación, trabajo infantil, aumento del trabajo informal, etc. Pero al capital financiero esto le parece poco, por eso utiliza al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial para que recomienden y presionen a los países del “Tercer Mundo” para que FLEXIBILICEN SU LEGISLACION LABORAL. Estas presiones han determinado que hoy en día el Derecho del Trabajo haya perdido su carácter social.
La Ley General del trabajo que está por aprobarse es, precisamente, producto de las presiones del capital financiero para que en nuestro país se abandone definitivamente la igualdad y estabilidad en el empleo, el contrato colectivo de trabajo, el derecho de huelga, el derecho a la sindicalización, la libertad de trabajo y otras conquistas ganadas en luchas históricas por nuestra clase obrera. En la práctica, muchas de estas conquistas ya han sido suprimidas como resultado de las presiones del gran capital nacional y extranjero, responsables del grave deterioro de los derechos de la clase obrera.
El movimiento sindical y la clase obrera en general deben ponerse de pié para impedir que se apruebe una Ley General del trabajo hecha a medida de las exigencias del imperialismo y sus intermediarios, la burguesía compradora nacional, antipatriota por naturaleza y enemigos jurados del desarrollo económico social independiente de nuestro país. En esta lucha se deben desenmascarar toda posición inconsecuente y traidora de las mismas cúpulas sindicales, comenzando por los capitostes de la CGTP cuyos vínculos con la CIOL norteamericana son bien conocidos. Esa gente está descalificada para representar y defender los intereses de la clase obrera y del pueblo trabajador en general.
VENEZUELA Y LA LIBERTAD DE EXPRESION
La reacción del imperialismo internacional y todos sus cipayos contra la decisión del gobierno venezolano de NO RENOVAR LA CONCESION que le fue otorgada a RCTV, ha sido furibunda. Todos los medios de comunicación, controlados por el gran capital monopolista han aprovechado esta decisión soberana y justa para calumniar y denigrar al proceso revolucionario que encabeza Hugo Chávez en Venezuela. Bandidos de la pluma de todo jaez, han escrito y vociferado a su antojo toda clase de mentiras y disparates a gusto de su amo extranjero. Son los mismos que durante el último proceso electoral, fueron convocados por la Embajada USA, para recibir órdenes, después de una severa reprimenda por no haber hecho una campaña eficiente contra la candidatura de Ollanta Humala.
En Venezuela se viene desarrollando un proceso revolucionario y debe tomar medidas oportunas y enérgicas para defenderse. La experiencia histórica enseña que revolución que no se defiende perece, Sus enemigos internos y externos conspiran día y noche hasta aplastar la revolución y desatar el terror. El ejemplo más cercano lo tenemos en Chile. Si Venezuela no quiere tener un Pinochet con sus caravanas de la muerte, debe ser firme en la defensa de su proceso revolucionario.
No es posible olvidar que los medios de comunicación juegan un rol de enorme importancia, no solo en lo que se refiere a la información verídica sino también en la formación de la opinión pública. Para el aplastamiento del régimen democrático y avanzado de Allende en Chile, jugó un rol decisivo el periódico “El Mercurio”. Cosa parecida ocurrió con “Novedades de Moscú” y otras publicaciones en la que fue la Unión Soviética, antes de su desaparición.
Si la prensa reaccionaria, al servicio del gran capital, condena la desaparición de RCTV, las fuerzas realmente democráticas y revolucionarias del mundo, la aprueban y aplauden. Un proceso realmente revolucionario no puede permitir que, so pretexto de “libertad de prensa”, se haga oposición rabiosa a las medidas de cambio dirigidas a liberar a nuestros países del atraso y la dependencia.
Con la negativa a renovar la concesión a RCTV, el régimen revolucionario de Hugo Chávez ha demostrado que tiene la suficiente firmeza para defender el proceso bolivariano que todos los pueblos de la América Latina consideran que también les pertenece.
IMPERIALISMO Y DEMOCRACIA
Silenciar sistemáticamente a quienes se oponen y desenmascaran su política de explotación y dominación mundial: esta es la libertad de prensa que defiende y practica el imperialismo norteamericano. Intelectuales de la talla de Petras y Chomsky no tienen cabida en la prensa USA.
Las libertades democráticas que el imperialismo defiende e impone, son las que le permiten tener las manos libres para actuar a su antojo en todo el mundo. Estas son las “libertades democráticas” que ha impuesto a Afganistán e Irak, con gobiernos títeres que aprueban la ocupación militar de sus países. Para el imperialismo norteamericano no existe democracia allí donde se defiende la soberanía nacional y rescata los recursos naturales detentados por los grandes monopolios norteamericanos. Por eso condena el proceso revolucionario venezolano y considera Estados criminales a todos los que se oponen a su política de agresión, ocupación militar, saqueo y pillaje.
Los defensores descarados del imperialismo, afirman que “el mercado libre y la democracia van de la mano”. La verdad es que mientras exista el imperialismo el “mercado libre” y la guerra caminan juntos. El imperialismo lleva la guerra en sus entrañas. La situación actual del mundo lo demuestra en forma irrefutable. Son las propias leyes económicas del capitalismo monopolista las que lo impulsan a obtener los máximos beneficios, utilizando todos los medios, incluyendo la guerra y la dominación y sometimiento, especialmente de los países del “tercer mundo”. Así defiende la democracia el imperialismo norteameamericano y por eso, es el principal organizador de los movimientos antichavistas y antibolivarianos en Venezuela.
¿LUCHA DE IDEAS?
La “lucha de ideas” debe entenderse como una lucha ideológica, abierta y franca entre posiciones opuestas en cuestiones de principios. En un país socialista o que vive un proceso revolucionario, esta lucha es necesaria y tiene enorme importancia. La historia enseña que es imposible consolidar un poder revolucionario y edificar el socialismo si no se derrota ideológicamente a las fuerzas opositoras y toda su teorización seudorrevolucionaria. La edificación del socialismo en la URSS y su victoria en la Segunda Guerra Mundial hubieran sido imposibles si acaso los bolchevique, bajo la dirección de Stalín, no derrotan ideológicamente a trotskistas, bujarinistas y otros contrarrevolucionarios que se pusieron al servicio de la Alemania nazi y sus aliados.
Los herederos de la “perestroika” y el grupo trotskista que nuclea la familia Hart, viene participando activamente en la “lucha de ideas” en Cuba. Están en su derecho, pero lo que preocupa es que hasta ahora no se conoce la respuesta de los auténticos marxistas leninistas cubanos. Les recordamos que el año de 1946, la Editorial Páginas de la Habana, publicó un valioso y bien documentado libro, titulado “La Gran Conspiración contra Rusia”, escrito por Michael Sayers y Albert E. Kahn. Esta obra que retrata de cuerpo entero a Trotsky y el trotskismo, debería ser editada nuevamente en Cuba, hoy que se lleva adelante una “batalla de ideas”.
LAS LUCHAS DEL PUEBLO
Atribuir las luchas de un pueblo, hambreado y explotado, a “planes de desestabilización” es realmente insensato. Las marchas y paralizaciones que se realizan a lo largo y ancho del país obedecen a causas objetivas y lacerantes que no pueden ocultarse con un dedo. Todo el Sur del país protesta por el alza de combustibles y alimentos. Se anuncian nuevas marchas en distintos departamentos del país y los obreros mineros reanudan sus reclamos. A esto se agregan paralizaciones de obras por culpa de la burocracia, como en el caso del departamento de Puno donde se ha interrumpido la construcción de la vía interoceánica.
Esta es la situación propia de todo país que no puede salir del subdesarrollo a causa de su condición dependiente. Con una economía atada a los grandes intereses imperialistas y una burguesía intermediaria que le sirve incondicionalmente, el país no puede sacudirse del atraso y emprender la marcha de su desarrollo sostenido. El imperialismo y sus aliados internos, causantes de nuestro atraso, son los grandes desestabilizadores, causantes de una situación de permanentes marchas, protestas, reclamos: luchas reivindicativas que se justifican plenamente.
Lo grave es que la denominada “clase política”, poniéndose de espaldas a esta realidad, se arrodilla y suplica al imperialismo USA que acepte y suscriba un TLC que convertirá a nuestro mercado en parte del mercado norteamericano. Es claro que en tal situación, las luchas sociales y las protestas populares seguirán en ascenso. Pero la respuesta de la “clase política”, la conocemos de antemano: son los agitadores, los enemigos del régimen, los terroristas, los comunistas, los que pretenden “desestabilizar al gobierno
democrático”.

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